La princesa que quería salvarse

 

    No, no te confundas. No necesito que me salves. No necesito un príncipe, ni un “héroe”. No busco ni un Romeo ni un Shrek. Ni siquiera he pedido un mísero caballero medieval. No tengo nada en contra de esos arquetipos. Es más, son buenos y nobles, pero yo no los he pedido. Más bien necesito alguien que me dé esperanzas de que no todo está perdido; alguien que me recuerde lo que realmente merece la pena. Necesito encontrar a esa persona por la que recupere la fuerza y la esperanza, y vuelva a tener sentido levantarme todas las mañanas. Esa persona con la que sienta que todo va a estar bien.

    Pero, yo he venido a sacarte de aquí — cortó el príncipe a la princesa— ¿No puedo ser esa persona para ti?

    No, porque ya he encontrado a esa persona, y no eres tú.

    ¿Y porque no está aquí para ayudarte?

    Si está. Es la misma persona que me odia. La misma persona que hace que me sienta mal, insegura y desprotegida. La misma que me ha autoconvencido de lo poco que valgo y lo fea que soy.

    No lo entiendo. — dijo el príncipe — Esa persona no puede salvarte.

Sí puede, —contestó la princesa mientras se miraba en el espejo de su alta torre — pero aún no está preparada.

Comentarios

  1. El cambio de verdad siempre empieza por nosotros mismos.

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  2. Qué buen relato, nadie necesita a nadie para "salvarse". Un abrazo. :)

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  3. A veces le damos más valor a las actitudes de aquellos de los que menos esperamos. Enhorabuena!

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  4. Estupendo, mucha sabiduría en un relato corto. No necesita a nadie y esa es la enseñanza, se tiene a ella misma y no lo sabe.
    Un abrazo y gracias por esto.

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  5. La persona que puede encumbrarnos o hundirnos es aquella que vemos en el espejo.

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  6. Me gustó mucho este relato. Votado

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